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La articulación de la rodilla es la articulación de carga de las extremidades inferiores y nos permite la deambulación, su patología es diversa normalmente secundaria a traumatismos: fractura de fémur distal, meseta tibial, de rótula, lesiones tendinosas, luxaciones de rodilla, etc.; pero también a sobrecarga mecánica en el contexto laboral o deportivo: roturas meniscales, condromalacia rotuliana, tendinitis rotuliana. Rotura de los ligamentos cruzado anterior y posterior. Rotura o esguince de los ligamentos laterales interno y externo. Tendinitis de la pata de ganso. Lesiones condrales, edema óseo y artrosis, etc.
Las pruebas diagnósticas habitualmente utilizadas son las radiografías, las ecografías, la TC y las RM, en función de la afección que se esté estudiando.
El tratamiento de esta patología requiere diferentes tipos de accesos quirúrgicos así como el uso de la artroscopia de la rodilla como método de tratamiento mínimamente invasivo. En ocasiones según la patología está indicada la utilización de infiltraciones (esteroides, Ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas-PRP) que nos permiten curar según que patologías y en ocasiones mejorar el dolor en los proceso de recuperación.